¡Cada vez, un desafío mayor!
Pasa un año más y ya estamos de nuevo en Navidad. Llegan los días más cortos del año, con luces y velas por doquier, comidas y dulces deliciosos...
Llevo días discutiendo con amigos si panettone o roscón. Soy muy tradicional y para mí no hay nada como el roscón de reyes. Es cierto que no es más que un pan dulce y decorado, sin la finura -quizás y esos dependerá de quién lo haga- del panettone, me dicen. Pero sigo pensando que el panettone es un brioche enriquecido con azúcar y fruta borracha, un Kugelhopf mantecoso, si se quiere... y yo me quedo con el roscón patrio, tan ibérico y compartido
con nuestros vecinos lusos.
En fin, lo que es una verdad indudable es que cada año en mi cocina parece haber más jaleo cuando llegan estas fechas. No sé si es que me hago mayor o es que cada vez la lista de reuniones, actividades y propósitos es mayor y más ambiciosa... pero necesito simplificar.
Y por eso este año hay nueva receta de roscón, pero las diferencias más que en los ingredientes (en esta ocasión he vuelto al roscón de levadura seca, y no de masa madre) están en los procesos: más simples, más rápidos, más cómodos...pero igual de rico y resultón el resultado. Y espero que a alguno os sirva de inspiración.