Con ganas de Navidad
pero sin atreverme aún con el panettone
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Pues vuelvo a repetir el bizocho de frutas con masa madre. En
mi primer intento (Preparándose para Mamá Noêl: una masa madre pre-navideña) contaba que ando metida en experimentos -nuevamente, para encontrar la receta de un pan dulce de fruta confitada (abriochado, pero bajo en grasa) que no requiera labor de amasado (esa es la clave). Algo equivalente a los que supone el estupendo
bizcocho de chocolate y masa madre... pero transpuesto a los postres navideños. Algo a caballo entre el pastel de frutas británico (denso) y la tradición italiana de
panettone y panes dulces con fruta, etéreos. Busco un pan a medio camino entre ambos: suave y ligero como el segundo, pero sencillo y sin amasado como el primero.
Las conclusiones de aquel primer intento fueron que faltaba harina en la masa y por ello la fruta se iba al fondo, dado que la estructura de la masa era muy débil. Uno de los objetivos de esta segunda versión, por tanto, era re-equilibrar la hidratación de la masa. Para ello he aumentado la cantidad de harina en la receta. A la par, he reducido la cantidad de fruta y la he enharinado antes de añadirla (un consejo que recibí que quienes me han hecho comentarios y sugerencias sobre la receta).
Pero el cambio mayor ha sido la renuncia al no-amasado, y ello tiene su pequeña historia.