¿Qué joya puede regalársele a una mujer enamorada del pan?
Mi costillo me conoce bien y es el ser más detallista sobre la faz de la Tierra. Por eso él es la esencia de este blog, mi pedazo de pan cotidiano, que alimenta mi alma, mi voluntad, mis anhelos, mis alegrías... Y por eso sé que ha estado años buscando e investigando quién y cómo podía elaborar estas joyas para mí.
¿Qué hay en esa caja?
Sin duda, más de uno lo habrá adivinado al verlo.
Son sellos de pan. Uno de los útiles más tradicionales en la panadería casera castellana. Van unidos al pan bregado, refinado o de masa dura. Y digo bien, ligados a la panadería casera.
Sin duda, más de uno lo habrá adivinado al verlo.
Son sellos de pan. Uno de los útiles más tradicionales en la panadería casera castellana. Van unidos al pan bregado, refinado o de masa dura. Y digo bien, ligados a la panadería casera.
Como cuenta Capel en su libro, El pan nuestro (Elaboración, formas, mitos, ritos, gastronomía y glosario de los panes de España, R&B editores, 1997) estos sellos nacen para marcar las masas elaboradas en casa y llevadas a cocer a hornos comunales o de panaderías populares. Estaban hechos habitualmente en madera, tallados por pastores, para sus familias, señores (esos eran los más lujosos y complejos de talla) o por encargo. A menudo, no sólo el sello en sí era una talla artística, sino igualmente el mango del sello era una pieza de delicado diseño y trabajo. Una hermosísima colección de los mismos puede visitarse en el museo de Salamanca, que ha editado una obra donde catalogan su colección y describe numerosos ejemplares únicos (Catálogo de los sellos de pan del Museo de Salamanca, Junta de Castilla y León, 1995, 41 páginas).
Los de hierro y metal eran más habituales entre los profesionales de la panadería, en cambio. Y siguiendo esa tradición, los míos son de madera, madera tallada por las manos de un artesano único: David Santiago. Este pasado verano tuvimos oportunidad de conocerle en su tierra, Santander, pasando un día de ensueño en Comillas. Pudimos apreciar su trabajo en madera en su propia casa, en los muebles, útiles de cocina, la pala panadera que me regaló como recuerdo tangible de nuestro encuentro.
Y de ahí nació un entendimiento entre David y mi costillo, hecho de correos y conversaciones para sacar adelante este proyecto. Tras años de búsqueda, por fin mi marido había encontrado el artesano adecuado: detallista, mimoso, perfeccionista. A partir de diseños muy concretos -el logo del blog y la imagen es parte de nuestra identidad familiar- él supo introducir pequeñas modificaciones creativas, verdaderamente artísticas que no han hecho sino "redondear" imágenes ya de por sí bellas y trabajadas.
Está claro que no son objetos "comerciales". No puedo sino imaginar que su coste va más allá de todo lo razonable en términos económicos, por las horas de diseño, las pruebas, el trabajo a mano, la finura de los acabados... para elaborar piezas únicas que son irrepetibles.
Está claro que no son objetos "comerciales". No puedo sino imaginar que su coste va más allá de todo lo razonable en términos económicos, por las horas de diseño, las pruebas, el trabajo a mano, la finura de los acabados... para elaborar piezas únicas que son irrepetibles.
Mi vida está hecha de regalos únicos... y estos dos sellos vienen a enriquecer la colección.
Sólo quedaba la prueba de fuego... usarlos en masas panaderas. David los había probado con masas muertas, pero no con masas fermentadas.
El uso tradicional de los sellos de pan va unido a los panes de masa dura y refinada. Así que me lancé a ello. Hice varias pruebas y esto es un avance de resultados.
Mi primera duda fue si convenía utilizarlos sobre la masa poco o muy fermentada... hoy os dejo con la intriga. He hecho los primeros experimentos pero aún tengo que hacer más para conseguir mejores resultados.
El uso tradicional de los sellos de pan va unido a los panes de masa dura y refinada. Así que me lancé a ello. Hice varias pruebas y esto es un avance de resultados.
Mi primera duda fue si convenía utilizarlos sobre la masa poco o muy fermentada... hoy os dejo con la intriga. He hecho los primeros experimentos pero aún tengo que hacer más para conseguir mejores resultados.
¡Sin embargo, ya en esta primera serie de panes
los sellos han dejado impronta!
Qué preciosos.
ResponderEliminarComo castellana que soy (soy de Palencia) mi infancia y mis sabores de pan están unidos al pan bregado y me encantan esos sellos.
Besos.
Una maravilla!!! Como tu dices, no son regalos "comerciales", pero son regalos q perduraran en tu familia!
ResponderEliminarEnhorabuena.😍😍😘
Que chulos, que regalo mas bonito.
ResponderEliminarMe quedo a la espera de las siguientes entradas.
Saludos
Ese sí es un regalo amoroso.
ResponderEliminarSon realmente preciosos.
Presentar un pan en la mesa con esos sellos ya me parece lo mas de lo mas.
A disfrutarlos ;)
¡Qué preciosidad de regalo!
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