Aquí hay Miga

Lora del Río, Sevilla

XVII edición

17 años celebrando este monumento al pan candeal... y nosotros sin enterarnos siquiera. Hasta este año, claro. Y allí nos hemos plantado, en la localidad de Lora del Río, así conocida desde época romana por la abundancia de laureles en la zona.

Y es que nosotros en casa festejamos el día de Reyes con una gran comilona de migas, que culmina con una maravilloso rosco de Reyes: sí, es lo que parece, una aberración. ¡La letra con sangre entra -que decían los antiguos- y las migas, con roscón!

Puede dar que pensar el hecho de que la entidad organizadora de esta jornada de Migas gratis sea la Hermandad del Santo Entierro... aunque un par de semanas después, puedo decir que nosotros aún estamos vivitos y coleando. Y bien que nos sentaron las migas, todo hay que decirlo.

En el erial de la feria de Lora del Río, esperaban a todo el que quisiera compartirlas con propios y extraños 1600 kilos de migas. Y es que con esa cantidad se da de comer a mucha gente. El almuerzo iba servido con su correspondiente naranja -de las mejores de la temporada-.

Sólo había que proveerse de bebida a precios populares y módicos (un euro) en las barras que habían habilitado para ello. Magníficamente organizado, había distintos puestos y cada uno servía una especialidad:  sardinas asadas, montaditos de carne, chorizos asados... y todo en la misma tónica de precios familiares.

Las migas se celebran desde la primera edición con el pan elaborado y cedido por el horno Axati, tradicional horno que produce panes candeales, de masa dura y refinada en la localidad.

850 kgs. de pan son necesarios para elaborar los 1600 kilos de migas. Y claro, usan la friolera de 250 litros de aceite, 150 kilos de panceta ibérica, 150 kilos de ajos, sal y litros y litros de agua.

Con la ayuda de 120 cocineros voluntarios se elaboran y sirven estas migas en una prueba de orden perfecto, alegría y organización.

Desde hace años, el Ayuntamiento se ha sumado a la actividad ofreciendo un tren gratuito -ida y vuelta- desde Utrera, y pasando por Sevilla capital, hasta Lora del Río. 

Dedican el día a una jornada de puertas abiertas de su patrimonio cultural: el Ayuntamiento, la Iglesia Nuestro Padre Jesús, Casa de la Virgen, Convento de la Inmaculada, El Bailío (San Municipal de Exposiciones), Ayuntamiento-Torre del Reloj, Iglesia Nuestra Señora de la Asunción y Plaza de Nuestra Señora de Setefilla, la Ermita de Setefilla (a 12 kilómetros), y la Casa de la Cultura.

Para mí lo más impresionante fue la colección de vistas de localidades sevillanas del viajero Joris Hoefnagel por la Sevilla del siglo XVI. Sus grabados coloreados de Lebrija, Lora, Sevilla, Alcalá de Guadaira... forman parte del que se convertiría en el Atlas Geográfico mundial más importante de su tiempo, el libro CIVITATES ORBIS TERRARUM.

Fue un día de sol de invierno agradable, que demostró lo maravillosa que puede ser una larga cola en la que te dedicas a conocer a tus vecinos de espera. Y os aseguro que hubo espera...