Sabores de infancia
Cuando se acerca la Navidad, en casa empezamos a planear qué galletas haremos. Una receta que llevamos haciendo años se convierte en nuestro belén de galletas decoradas: por duplicado, uno para cada clase del cole de mis hijas.
Pero también es cierto que hay que probar nuevas recetas. Este fin de semana ha tocado experimentar con frutos secos. Tras las recetas de otoño (membrillo, caqui, etc.), llegan las de invierno. Tras la receta de mantecados (atreveos con ellos; son una exquisitez y la receta SIEMPRE sale bien), continuamos con una receta de galletas de avellanas.
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Cuando yo era pequeña, la Nocilla (qué decir de la Nutella) era un bien precioso. En una casa con muchos hijos, un tarro era algo excepcional para días de fiesta. Y luego el vaso de cristal pasaba al mueble encima del fregadero para reponer los que se iban rompiendo.
¿Qué tendrán las avellanas que se enamoran del chocolate?
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Esta receta procede del último libro que "mi pedazo de pan" dejó por sorpresa en el escritorio que utilizo en casa. El libro es precioso. Como no, la receta me tentó... a probarla y modificarla. Os voy a contar sólo mi versión, aunque en el apartado de Variaciones os desvelaré qué modificaciones he hecho y cuál(es) haré la próxima vez. Salen cuatro docenas de galletas de unos cinco centímetros de diámetro.
Ingredientes
350 gr. harina blanca de trigo
140 gr. de azúcar
60 gr. de avellanas molidas
5 gr. de sal
225 gr. de mantequilla
25 ml. de agua (más o menos dependiendo de la harina)
pepitas o trocitos de chocolate (opcional)
Método de elaboración
Pesar todos los ingredientes secos en un bol y mezclarlos bien: esto incluye la harina, el azúcar, las avellanas molidas y la sal. Derretir la mantequilla en el microondas y añadirla a los ingredientes secos. Cohesionar la masa añadiendo unas cucharadas soperas de agua fría. Añadir el agua poco a poco y sólo la necesaria para que la masa se cohesione. La masa debe quedar firme. Dividir la masa en dos partes iguales.
Para hacer galletas con puntitos de chocolate, añadir a una de las dos mitadas -o a ambas- un puñado de gotas de chocolate o ralladura de chocolate.
Hacer un rollo con cada mitad. Envolver en film y dejar enfriar un par de horas. Debe quedar bien dura.
Calentar el horno a 190º.
Cortar rodajas de los rollos de masa de medio centímetro de grueso. Saldrán unas 24 ruedas de cada rollo. Colocar en bandejas recubiertas de papel de horno. Cocer 12-13 minutos hasta que esté doradas.
Dejar reposar 2 minutos en la bandeja. Pasarlas a una rejilla para que se sequen bien. Deben quedar crijientes.
Trucos y consejos
- Es muy útil tener a mano el rollo de cartón flexible del interior del papel de cocina. Si le haces una raja a todo lo largo, te queda un molde perfecto donde colocar tu rollo de masa de galleta (eso sí, una vez envuelto en film de plástico). Así no se deforma en la nevera y consigues que quede bien redonda y proporcionada cada galleta.
- Para cortar las galletas, es mejor usar un cuchillo de sierra. Para no reblandecer la masa o deformarla (o mancharte), se puede pelar el principio del rollo quitando el film transparente. Si se mantiene el cartón rodeando la masa, ayuda a sujetarla sin resblandecerla, deformarla o mancharte. Sólo hay que ir empujando el rollo fuera del cartón a medida que lo vayamos cortando.
- El papel de horno evita manchar las bandejas. Las galletas, además, no se pegan.
- Si son muchas galletas para tener en casa, se pueden congelar una vez partidas. Se deben Colocar en una bandeja para que no se peguen unas a otras. Una vez congeladas, se guardan todas juntas en una bolsa de congelación bien cerrada. Duran hasta tres meses. Para hacer unas pocas galletas, yo utilizo la función de convección del horno multifunción que tengo y en 15 minutos estáran terminadas (incluido precalentamiento).
Variaciones
- La receta original tenía el mismo peso de mantequilla que de harina (¡¡!!). Esa es la proporción de un shortbread. Por ello decidí transformarla en un 3-2: 3 partes de harina por dos de mantequilla, más o menos. La receta original llevaba una yema de huevo, para poder unir tanta mantequilla y harina. Obviamente eso añadía aún más grasa (y calorías) a las galletas. La sustituí por el agua fría, que es habitual en cualquier masa quebrada y a mí siempre me ha dado mejor resultado que la yema de huevo. La textura final es más crujiente.
- Mis futuras variaciones para esta galleta:
- Variars los frutos secos: nueces, almendras, piñones, anacardos, cacahuetes,...
- Sustituir la harina blanca de trigo por harina integral de avena (total o parcialmente)
- Sustituir un 20% de la harina blanca de trigo por maicena o harina de arroz.
- "Rebozar" los rollos de masa en copos de avena, para que al hornearlas queden bordes crujientes de trocitos de avena.
- "Rebozar los rollos de masa en furtos secos picados.
- En fin, seguro que hay muchas otras variaciones esperando a vuestra imaginación ...
Aproximadamente 80 calorías/galleta - 470 calorías/100 gramos
Desde que te he descubierto, no dejo de sorprenderme por lo bien que te explicas y lo bien que salen tus recetas. Estaba buscando ahora una receta para hacer galletas con mis niños en estos días de lluvia que tenemos en el norte y regalar así como despedida a sus profesores. Esta es una de las candidatas, aunque las decoradas también son tentadoras... El domingo horneamos, veremos que sale! Gracias por compartir estas maravillas.
ResponderEliminarUn saludo
Pues finalmente nos decantamos por las decoradas, principalmente porque así mi niña podía estrenar su set de repostería infantil de ikea, y... ¡Qué felicidad! Tanto para ella como para mí viéndola, por no hablar de lo buenas que han salido! Pero estas quedan apuntadas para la siguiente ocasión, aunque tengo una duda: ¿cómo se pican las avellanas? ¿Con la picadoes, molinillo...?
ResponderEliminarNo suelo comentar porque no sé muy bien que decir, pero esta vez estoy " en racha", así que diré que también hice ya bizcochos con masa madre (espectaculares), molletes ( buenos pero todavía no son como debieran), pan de molde (entre varias recetas, llevo meses sin comprar, y feliz con ello, el industrial), y no recuerdo si alguna receta más. Pero, la haga o no, siempre es un placer leer tu blog, y no dejo de recomendarlo.
Un saludo
Paula: estas galletas con avellanas son VICIOSAS (cuidado con ellas). Las avellanas puedes picarlas en cualquier robot, al grosor que quieras encontrarlas en la masa. Puede ser muy finito (mejor si es para que lo coman niños, no se atraganten con trozos medianos si no mastican bien) o en trozos algo mayores si te gustan los tropezones "reconocibles".
EliminarSi no tienes robot: mete las avellanas en una bolsa con zip, sácale el aire (todo el que puedas) y con un rodillo, sobre una tabla de madera (para no dañar la encimera) golpea hasta romper en pedacitos.
Me hace mucha ilusión y me da tranquilidad saber que las recetas salen bien, las explicaciones se entienden y el blog no se hace pesado. Muchas, muchas gracias por tu mensaje.
¿Pesado el blog? Puedes tener la seguridad de que no, nunca, jamás. Más bien todo lo contrario: ameno y riguroso, combinación que no todos pueden decir.
ResponderEliminarSiempre me ha gustado cocinar, por lo que llevo tiempo viendo lo que hay en la red (además de montones de libros y libretas de recetas), y hace unos meses que me picó el gusanillo del pan. Descubrirte fue una alegría, y, curiosamente, lo hice por unas crónicas de esas vacaciones en Galicia, muy, muy cerquita de mi ciudad de nacimiento, Ferrol (pena no haberlo sabido antes, pues te hubiese podido ayudar, quizás). Ver que habías estado en la panadería Iglesias despertó muchos recuerdos, pues mis abuelos paternos eran de la zona y, cuando ibamos, siempre nos tenían el roscón o, mi favorita pero que no se horneaba tanto, la bolla dulce de pan ( masa de pan, estirada un poco más gruesa que la pizza y horneada con manteca de vaca, anis y azúcar por encima. Una delicia. La tengo en pendientes, cuando consiga hacer mejores panes). El caso es, que me enredo, que ahí empecé a seguir tu blog, y te aseguro que me encanta. Especialmente porque entiendo el porqué, y eso, para una mente muy de ciencias, lo confieso, es un gusto. Además de esas explicaciones ( o esa maravilla de experimentos de los que tanto aprender), redactas de forma agradable y sencilla. ¡Cómo no engancharme! Y todo, altruistamente, reconocer esa labor es lo menos que podemos hacer los que te leemos.
Y, a mayores, resuelves las dudas rápidamente! Gracias por ello, estas galletas las haremos seguro (nos encantan las avellanas... Me temo que tendremos que tenerlas bajo llave), y el truco de la bolsa es genial, además, seguro que para un día de estrés es altamente terapéutico! :)
Un abrazo, y ya te contaré lo rápido que volaron las galletas ;)