¡Viajeros, al tren! - Piiiiiiiiiiiiiii

Un viaje fascinante: ¡Feliz cumple, tesoro!

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¡Qué rápido ha pasado un año! De nuevo hemos terminado el curso, las niñas han traído unas notas fantásticas y comenzamos sus vacaciones -que no las mías-. Pero antes de cerrar las carpetas del cole de este año, quedaba la última prueba del curso: ¿aprobarán los compañeros de clase la tarta que hemos preparado para celebrar el cumple de la mayor en esta ocasión? Son muy exigentes en su evaluación... pero parece que lo hemos logrado.

Rondando su cumple los días finales de curso, cada año se convierte -casi, casi- en la tarta de celebración del final del curso. Y este año, nos montamos en un tren de rico bizcocho y lo decoramos de chuches.

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Y me consta que -aunque yo no lo ví porque estaba en el trabajo- los vagones fueron "cargaditos de chucherías" antes de ser devorados (por dentro, que por fuera ya que encargué yo de "enjoyarlos", como veis en las fotos.

No hacen falta grandes explicaciones. El tren está hecho de dos planchas de bizcocho, preparadas con la receta del bizcocho de chocolate y masa madre. Es perfecto porque es un bizcocho consistente, húmedo y que gracias a la MM se conserva perfectamente varios días (en este caso, desde que comencé la preparación un martes por la tarde hasta que la tarta fue al cole el viernes)

Hay que igualar cada plancha, cortando las "cúpulas". Estas se convirtieron en las delicias de la merienda de esos días en casa con grandes vasos de leche fresquita. También sirven para preparar postres con una base de bizcocho y crema de queso o para desmenuzar y preparar deliciosos cake-pops.

Dividí cada plancha en cuatro porciones de 14x11 cms. Y montando dos porciones una encima de la otra, obtuve tres vagones. Para la máquina locomotora, simplemente dividí una de las dos porciones en dos: una de ellas era la base y otra la cabina.

 

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La decoración fue muy sencilla: candy melts rosas y azules para recubrir el bizcocho (y así se mantenían húmedos y no se secaban), y pegados a la cobertura distintas chuches de adorno.

Si no se tiene candy melts pueden recubrirse de chocolate de cobertura derretido (si es blanco puede colorearse) o de azúcar glas con un poco de agua y color al gusto.

Un detalle añadido para crear "capacidad de carga" y hueco para las chuches que en el cole añadirían a los vagones, creé una estructura con palitos salados y cintas de regaliz (de distintos colores). Algo sencillo y efectivo. No obstante la experiencia es madre de la ciencia: la próxima vez utilizaré pajitas de refresco o palitos de cake pops, porque los palitos salados se humecieron con el bizcocho y la "estructura" se volvió frágil. A punto estuvo de desaparecer la "carga" que debía transportar el tren.

 

Por último, y no menos importante, fue la tarea de encontrar un soporte para llevar la tarta. Debía ser suficientemente largo como para que luciera como un largo tren y suficientemente rígido para que no se desbaratara camino del cole. Una vez más, mi costilla -que tiene mucho de McGiver familiar- encontró la solución en un estante de madera que aún no habíamos colocado. Le añadí un soporte de cartón de proyecto (para que al cortar no dañaran la estantería) y lo forramos de papel alumnio. ¡Tachán!

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