Maravilla se escribe con M
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Y maravillosa fue la tarde del sábado pasado, con Mª José de Paz -The English Company- una madraza de Huelva que viene a Sevilla a impartir cursos de decoración de galletas. El motivo principal por el que me apunté es que a mis peques les encanta divertirse decorando galletas (Halloween, Pascua, ...) e invitar amig@s a casa para convertirlo en una tarde festiva. Y yo no me siento preparada. Lo poco que sabía hacer ya estaba muy explotado y me hacía falta un poco de entrenamiento, muuuuuucha técnica, un par de empujones y algo de imaginación.
Y decidí -y no me equivoqué- que estas clases estaban hechas para mí. Imaginadlo: un grupo de cuatro personas con una profesora y una ayudante (gracias, Elena, por tu asistencia constante, tus consejos y tu ayuda, además de la magnífica conversación). Las condiciones eran perfectas para sacarle todo su jugo a la tarde. Y como nos juntamos conversadoras natas, la tarde se fue en un cerrar y abrir de ojos. A todas nos resultó demasiado corto: alguna hizo muchos kilómetros para llagar -desde Almería, nada menos-.
Todo estaba preparado al detalle: nuestra carpeta con recetas y consejos, un buen tarro de galletas para picotear y que no desfallecieran las ganas de trabajar, ...
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... y hasta un muestrario de las galletas decoradas por Mª José.
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Y por si fuera poco, pude conocer a Meli -Cocinillas de Sevilla- con quien me había escrito antes a través del FB, je, je. Y de este re-encuentro (de lo digital a lo real) vendrán secuelas... al menos eso deseamos varias de las asistentes. Si cuajan los planes se irán anunciando....
La tarde comenzó con una demostración sobre la receta de galletas, cómo trabajarla y cómo dejar listas las galletas para su decoración (incluyendo la refrigeración, horneado y conservación previas). Esta introducción incluyó la elaboración de la glasa real y muchos trucos para conocer el punto de una masa y una glasa, cómo arreglar las que se secaban y otros detalles preciosos para esos momentos en que una, ya a solas, se embarca en la aventura de repetir el intento (aunque Mª José -que tiene un corazón de oro y paciencia infinita- nos insistió en que le escribiéramos si teníamos cualquier problema).
Y luego comenzó el circo,digo, las tareas. Era un curso práctico y nos sentamos las cuatro, con Mª José siguiéndonos de cerca y explicándonos el paso a paso.
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Nuestra tarea consistía en decorar estas cuatro galletas: los muñecos, con fondant y la letra y la tarta con Royal Icing (glasa real, en castellano). Al final de la tarde, decoramos también una magdalena con un detalle de fondant texturizado (resultados al final).
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La aventura había comenzado. Iniciamos el trabajo... y cuando llevábamos parte de la decoración con glasa, comenzaron los incidentes: una mete el dedo en la glasa de su galleta a medio secar, a otra se le cae un utensilio y roza la galleta... Elena tuvo la genial idea de crear una pequeña "enfermería" donde nuestras galletas "restauradas" con ingenio por Mª José, se recuperaron y esperaron su momento al final de la jornada para los detalles decorativos (esos que cambian radicalmente el aspecto de tu galleta y se hacen en medio minuto, en cambio. Basta que os fijeis en la letra M del inicio de este relato y la M que teneis en esta foto).
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Luego le tocó el turno al fondant.
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Y estos fueron los resultados logrados por la autora de estas líneas.
Dedicada a mi amor, la letra M decorada con calas.
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Dedicadas a mis peques
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Y para celebrar un día más de felicidad
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El muffin decorado
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Y una panorámica general para terminar (casi)
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Gracias, Mª José.
Disfruté, aprendí y me reí.
Hasta me dio tiempo a echar de menos aquella misma tarde a Meli.
Todo un récord en apenas cinco horas.
Gracias por tus palabras, estoy deseando que llegue nuestro momento pan!!
ResponderEliminarQue relato de curso tan ameno, veo que os lo pasasteis genial, que era como deben ser, pocas personas y mucha atención y enseñanza. Veo que has aprendido un montón y que tus galletas están preciosas, ahora a no olvidarlo practicando mucho. Felicidades y besos
ResponderEliminar¡Pero qué pinta, por Dios! La pena es luego comérselo, ¿no?
ResponderEliminarMe ha encantado la forma tan maravillosa que has contado esa tarde haciendo galletas
EliminarMuchísimas gracias por tus amables palabras y por relatar la tarde tal y como fue. Al leerlo lo he revivido, divertida, amena y por supuesto productiva. Fue una tarde deliciosa rodeada de inspiración y creación, todo un placer para los sentidos.
ResponderEliminarQue forma tan deliciosa de relatar aquella estupenda tarde, rodeadas de inspiración y creación. Fue un verdadero placer para los sentidos y los kilómetros merecieron absolutamente la pena. Seria maravilloso repetir la experiencia y la grata compañía.
ResponderEliminarQué galletas más delicadas. Todo lo que disfrutarás con tus pequeñas en casa!
ResponderEliminarUn abrazo