He ido y vuelto.
Y me han dicho al verme entrar por la puerta de casa: ¡vienes feliz!
Creo que cada poro de mi piel, además de aroma a harina de la buena (es que era de El Amasadero), traía a casa retazos de las risas, los sabores, las bromas, y el ambiente del curso de panes planos en PEPEKITCHEN.
Copyright EWPG Una pita recién horneada, esperando su relleno. Detrás, otras esperan su turno en el horno |
Fue genial, estupendo, maravilloso, divertido, ameno, "corto". Comimos pan y pan, y pan: deliciosas piadinas rellenas, focaccia de varios condimentos, naan, pita (ya esta última sólo llegamos a pellizcarla, que estábamos llenitos).
Comenzamos preparando la masa de focaccia, que necesitaba más tiempo de fermentación. La verdad es que el día era veraniego y todo fue viento en popa. Después de darnos un recreo, con refresco, kicos y otras fruslerías para ponernos al día de nuestras respectivas vidas, seguimos con la masa para los naan. Y le dimos forma a la focaccia (mágica focaccia rellena de mozzarella y cubierta de romero del jardín). Y pasamos a amasar la masa de las pitas ...
Y mientras horneábamos las focaccias, hicimos las piadinas, que no necesitan fermentación. Así pudimos almorzar con las focaccias troceadas y con las piadinas rellenas. La verdad es que hicimos variaciones con la focaccia: fue divertido. Unas llevaban tomate y otras no, por la tarde le añadieron aceitunas y ajo...
E incluso decidimos probar varios métodos de horneado. Fue un magnífico experimento para analizar cómo influye la temperatura del horno y el grosor de las piedras para hornear en los distintos tipos de panes planos. Yo me he apuntado los resultados del experimento. Si algún día os presento alguna de las recetas que hicimos -ya sabeis con mis variaciones- incorporaré esas enseñanzas entre los trucos y consejos que suelen acompañar mis entradas. Pero tengo que seguir experimentando.
Y en una experiencia única, además de contar con José Maldonado como profesor, tuvimos a Andrés, de El Amasadero, para darnes unos consejos sobre sus harinas, que eran nuestra materia prima en el curso. Yo ya lo he escrito, me apunté al curso sin conocer a José Maldonado, porque El Amasadero patrocinaba el curso. Y no me equivoqué. Y ahora puedo recomendar el curso por Andrés y por Pepe (José Maldonado). De corazón y con razón: dos profesionales de verdad.
Y Andrés, en su amabilidad proverbial, se vino cargado con todo mi largo pedido de harinas, banetons y otras cosas, ahorrándome los portes y encima, dándome una clase particular sobre el uso de cada uno de los artilugios que me he traido para casa.
Y es que estoy deseando comenzar a experimentar: es mi primera remesa de harina de El Amasadero. Hasta ahora entre la harina del Lidl y la de Rincón del Segura me apañaba (que es como saltar de un extremo al otro en el espectro de las harinas). Pero ello me ha dado la práctica suficiente, espero, para aprovechar al máximo los más de 15 kilos de harina que me he traido para casa.
Creo que los míos se han dado cuenta de que les quedan por delante un par de meses a "pan y agua" ... en fin, espero que con el pan caiga algún buen queso... Pero vamos a tener mucho -y espero que buen- pan en los próximos tres meses.
Así que acepto sugerencias para sacarle todo el partido posible a la amplia carta de harinas que Andrés nos ofrece. ¿Sabeis que tiene ya harinas de malta? Estoy deseando experimentar con ellas. ¡Y también tiene ya harina de fuerza ecológica!
En fin, no es una campaña promocional sino el convencimiento de que sinergias como las de Pepekitchen y El Amasadero nos ofrecen a los panader@s caser@s y aficionad@s no sólo formación y productos, sino cultura, ayuda, asistencia y motivación. Aficionados éramos todos los congregados por este curso, alguno y alguna con manos de panadero profesional (envidia de sólo ver cómo reaccionaba la masa en sus manos), otros como yo, con muchas ganas de charlar, otros amasando por primera vez, ... y todos juntos compartiendo la emoción de crear.
Ver disfrutar a Pepe en su cocina, con su pausada y apasionada manera de conducir los cursos, y escuchar a Andrés hablar del pasado y el futuro panadero como parte de un cambio cultural del que somos protagonistas todos los que estamos en este mundillo, me ha hecho volver a casa queriendo encender el horno cuanto antes.
Ver disfrutar a Pepe en su cocina, con su pausada y apasionada manera de conducir los cursos, y escuchar a Andrés hablar del pasado y el futuro panadero como parte de un cambio cultural del que somos protagonistas todos los que estamos en este mundillo, me ha hecho volver a casa queriendo encender el horno cuanto antes.
Os dejo con algunas imágenes del día, aunque la calidad de las fotos sea variable . ¡Y espero que sonriais... yo comencé a sonreir llegando a Arroyo de la Miel y aún me dura!
Esta entrada es un homenaje a mi familia: ellos son los más atrevidos. Porque depués de cada curso, viene la experimentación doméstica. Y las degustaciones "voluntarias" del resultado. Y siguen sonriendo. SIEMPRE.
Hola,qué envidia,hice el otro día mi primer pan con masa madre y es un sueño realizado,el principio.
ResponderEliminarBesos.
Qué majos son los dos, verdad?
ResponderEliminar¡Hola, Circe! Primero felicidades por el blog, me encanta descubrir cada vez más miembros del club de loc@s por el pan, es genial. Yo también tengo la suerte de conocer tanto a Pepe como a Andrés, y suscribo totalmente lo que dices de ellos: profesionales, generosos, apasionados con lo que hacen, muy currantes y como personas un encanto. Te van a encantar las harinas de Andrés, desde que las descubrí soy fan total, seguiré tus experimentos de cerca.
ResponderEliminarSaludos y felices panes!
Ceci
Querida Circe: suscribo todos tus comentarios sobre el curso y las personas que estuvieron en él, profesionales y aficionados. La verdad es que yo sólo esperaba aprender a hacer panes planos, pero pasé un día estupendo con personas encantadoras. Y es que, me parece, que entre los locos del pan hay mucha buena gente. Empezando por Pepe y Andrés y terminando contigo que eres, como tu blog, un pedazo de pan.
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