miércoles, 12 de octubre de 2011

En algún lugar entre Sevilla y China

No, no he desaparecido. Sigo aquí y sonriendo a la vida.


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Y regreso al blog dando las gracias. A veces una no sabe por dónde empezar. Este primer agradecimiento va para mi nueva cuñada y su maravillosa sonrisa, aunque ella no pueda leer esto. (I'm sorry, Kailin. Next, I promise to start learning Chinese. For the time being, we'll continue to be sisters in law that way: in my scarce English).

Esta última semana hemos tenido la suerte de recibir la visita sorpresa de mi hermano mayor, afincado en EEUU desde hace más de una década. Y no venía solo. Kailin, su esposa, venía con él. Es la primera vez que Kailin salía de China, donde ha vivido siempre, donde conoció a mi hermano y donde se casaron. Snif, snif: nosotros no pudimos ir a su boda.

Es una mujer extraordinaria, con un sentido del humor también extraordinario que compite con el de mi padre (y eso es mucho decir). Hemos pasado unos ratos deliciosos estos días y todos esperamos con ganas que puedan regresar en Navidad. Sería estupendo.

Esta empanada es un retrato. Su autora es la propia Kailín, mi nueva cuñada, y por eso los ojos (sí, los ojos, no son las cejas) son unas líneas. Esa es su representación de sus propios ojos chinos.

En esta semana hemos compartido muy buenos ratos. Y entre ellos, hemos compartido la cocina, como no puede ser menos. Juntas preparamos estas deliciosas empanadas para una cena familiar  Ella nunca había hecho ni probado este plato. Y sin embargo nos salió estupendo. Especialmente la decoración: Kailin es muy habilidosa y borda unos cuadros maravillosos. Creo que por eso las empanadas salieron tan bien.

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La receta de la empanada es siempre doble: por un lado la masa de pan y por otro el relleno. En este caso, retomé mi receta previa de empanada de atún, y la convertí en empanada de carne, para variar.

La carne provenía del puchero (gallina, cerdo y ternera desmenuzados). La preparación fue rápida y simple, porque la carne estaba ya muy tierna: la rehogué con muchísima cebolla, pimiento, y varios tomates troceados. Como en la empanada de atún, el rehogado se hace con abundante aceite. Al terminar, se deja enfriar el relleno en un colador, para recoger en un cuenco la grasa. Con ella, se prepara la masa de la empanada. Este relleno se completa con unos huevos duros picados y unas tiras de pimiento morrón.

De nuevo, y con un resto de harina de maiz gallega, de molido grueso, que aún me quedaba, preparé una masa muy quebradiza en el amasado (también esta vez con 50% de harina de trigo y 50% de harina de maiz). Con una fermentación larga y lenta en nevera, esta masa se convierte en una delicia para estirarla. Especialmente útil es estirar la masa entre dos trozos de papel de hornear: no se rompe la masa, no se ensucia el rodillo ni la encimera y luego el propio papel sirve para transferirla a la fuente o para hornearla.

Ingredientes de la masa
150 gr. harina de fuerza
150 gr. harina de maiz
5 gr. sal
150 gr. aceite del relleno
75 ml. agua
3 gr. levadura fresca

El momento ideal para tomar empanada -para mí- es una comida familiar. Es una receta que te permite la planificación, pues conviene hacer el relleno la víspera o incluso un par de días antes de preparar la empanada. Idealmente, el relleno se hace el día 1, la masa el día 2 y el montaje y horneado de la empanada el día 3, que es cuando nos la comeremos. El último día sólo hay que disponer de un rato para estirar la masa, rellenarla, cerrar con otra pieza de masa, decorarla, pincelarla con huevo batido y hornearla aproximadamente 40 minutos a 200º. Como el relleno está cocinado, es un plato ligero de hacer, pues basta que coja buen color el pan. Y cunde muchísimo.

Pero si se puede preparar en compañía de una nueva cuñada.... es todo mucho más divertido y el resultado mucho más sabroso.

Gracias, Kailin, Xie Xie
Vuelve pronto.

4 comentarios:

  1. Qué post tan emotivo! Qué bonito es conocer otras culturas y, sobre todo, a personas tan maravillosas.
    Las empanadas increíbles.
    Un abrazo

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  2. meloguisomelocomoto12 de octubre de 2011, 21:14

    No cabe duda que las cosas compartidas siempre salen mejor. Que alegría que hayas conocido a tu cuñada y que hayas podido cocinar con ella! Ahora ya entiendo porque nos habías tenido unos días echando de menos tus recetas. Un beso Circe

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  3. Te contesto aquí a lo del letuario, porque no he sido capaz de encontrar tu correo. Las cosas con esta proporción de azúcar son ETERNAS, lo más que les puede pasar es que se vayan resecando un poco, pero con mucho tiempo. El dulce de membrillo es eterno, te puede durar media vida, y esto tiene casi la misma proporción de azúcar. O sea que mínimo te dura hasta el año que viene ;). Bss.

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