jueves, 18 de agosto de 2011

Crónicas de Galicia III

Las pequeñas tahonas de los pueblos me sorprendieron por el tamaño de sus panes, en general pequeños. Lejos estaban de la memoria que yo guardaba de esos grandes panes gallegos vendidos al peso. Y esto me intrigaba. Hasta que el sábado nos paseamos por el mercado de Pontedeume. Allí, en cambio, los puestos de panes, bollas y empanadas relucían con sus mercancías, incluso bajo la desapacible lluvia del día.

Nos habían recomendado un puesto en concreto, de panaderos de A Laracha. Lástima que no me quedé con el nombre para enviarles las fotos. No sólo me respondió a todas mis preguntas la vendedora, sino que me dejó hacer fotos sin parar.

Su tahona no sólo vende el pan en A Laracha, sino que reparten pan por la zona, acuden a los mercados semanales más importantes e incluso tienen despacho en A Coruña.

Su mesa en el mercado tenía su lado dulce -del que nos llevamos un rico trozo de tarta de queso- y de empanadas -que no probamos, razón suficiente para tener que volver-. En primer término, una larpeira que nos sacó de la furgoneta: era su pieza estrella y no podía faltar en la foto. Y a la izquierda uno de los bizcochones típicos de la región, a los que me referí en las Crónicas de Galicia I.

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Eso sí, saboreamos casi todos sus panes. Sólo nos perdimos el de maiz. Habíamos ido tarde al mercado y ya no le quedaba. El conjunto de sus panes eran así de hermosos.

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Saboreamos tres variedades. Dos panes de trigo, uno de harina blanca 100% -del que no quedó ni miga a los 30 segundos de haberlo comprado- y otro mezcla de harina de trigo y centeno.
 


Además, nos llevamos un buen trozo de pan de centeno bien oscuro y así de bonito (del sabor, no os cuento... una maravilla).


Fue una pena que nos quedáramos sin probar su pan de maiz (¡según ella, el suyo era el mejor pan de maiz de la zona!), pero nos permitió visitar un segundo puesto. En él conseguimos esta delicia.


 En fin, cuando llegamos a casa aún quedaba algo de pan, que lucía así en la mesa.


Y estamos llegando al final de las crónicas... Para el final quedan un par de visitas a panaderías -una artesanal y otra semi-industrial- de la Ruta del Pan de Neda. ¿Qué es y qué tiene de especial el Pan de Neda? En la próxima crónica .... Y allí retomaremos la cuestión avanzada en las Crónicas de Galicia I: ¿a qué llaman en -esa parte de- Galicia harina "do pais"?

5 comentarios:

  1. Estoy siguiendo estas crónicas con auténtico deleite, gracias y
    saludos.

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  2. Qué placer visual. Me tienen enganchadísima las crónicas de tu viaje.
    Ahora a esperar la última parte, que seguro será tan interesante como las anteriores.

    Un beso

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  3. Para la próxima visita tienes que anotar una panadería muy cerca de Pontedeume.
    Me has traído recuerdos de no hace muchos años, cuando mi abuelo, todos los sábados traía un buen trozo de pan de centeno y de maíz. Yo los domingos siempre desayunaba el de centeno con mantequilla. Lo disfrutaba un montón.
    Espero tu próxima entrada.
    Un abrazo

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  4. Que buena esa cesta de pan con los pedazos pellizcados!

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  5. Estos días me han servido para conocer mejor un producto tan común en nuestra alimentación, pero en especial para apreciarlo más si cabe.

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