Mi infancia son recuerdos de meriendas bilbainas
donde habita el merengue horneado y adornado con mantequilla
En esta Navidad he conocido otra tarta rusa: la que en Alemania llaman tarta rusa. ¡Y no tiene nada que ver! Gracias a mi familia tan internacional, una de mis hermanas que pasaba esos días con nosotros preparó una tarta rusa deliciosa para una fiesta campera. La receta que me dejó no era una compensación suficiente por su marcha, pero sí fue una alegría: una tarta de queso con base y cobertura de galleta de chocolate. Suena tan bien como sabe.
Lo mejor de esta receta es que se prepara en un pis-pas (sobre todo si tenéis un robot de cocina -programable y con calor aún mejor- cualquiera que sea su denominación). No hace falta rodillo para la masa. Es una tarta a prueba de errores.