lunes, 6 de diciembre de 2010

Nuestra Dulce Casita de Jengibre 2010: Feliz Cumpleaños, Abuela


¡Hemos decorado nuestra primera casa de jengibre!

Y digo bien, hemos decorado... porque no la hemos hecho nosotras. La compramos en un pack, listo para decorar. Pero inventamos nuestra propia decoración: se parece más a la casita de la bruja a la que llegaron Hansel y Gretel que a ninguna otra cosa. Ha sido el gran entretenimiento familiar de los últimos días.

Y el resultado ha sido espectacular. De hecho, va a ser el centro de mesa en la comida de cumpleaños de mi madre como regalo de sus nietas, quienes han hecho la mayor parte del trabajo. En realidad, salvo el montaje final de las piezas más difíciles y algún detalle como el copo de nieve del jardín, el resto es obra de mis dos tesoros-aprendices de panadera-pastelera-decoradora.

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Para evitar celos entre hermanas decoradoras, os muestro también la parte trasera de la casa.

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Como hemos aprovechado un pack de piezas ya preparadas y listas para decorar no tengo receta que ofrecer en esta entrada, pero sí algunos trucos y consejos.

Hemos utilizado una glasa de decorar a base de clara de huevo, azúcar glas y colorante. Recurrimos a bolsas sin boquilla, cerradas con un clip de bolsas alimentarias, con un pequeño agujero en la punta. De esta forma, el manejo era muy sencillo para las niñas, aunque no podíamos hacer grandes efectos especiales.

Trucos y consejos
  • El gran experimento fue usar glasa reciclada: sí, como lo leeis.  Para evitar tener que repetir un color, todos hacemos siempre más glasa de la necesaria. ¿Qué hacemos con esa glasa sobrante cuando decoramos galletas? Me horroriza tirar nada, y en especial comida. Por eso, decidí recurrir a los medios modernos de conservación. Congelé toda la glasa sobrante cuando decoramos las galletas de Halloween: metí directamente las bolsas pasteleras en el congelador. Las he sacado ahora, para la casita de jengibre, un mes después. La glasa estaba perfecta, ha secado bien y no ha perdido ni el color ni el brillo, como podeis ver en las fotos.
  • La decoración de las piezas fue muy rápida. Mis dos hijas trabajando a destajo y comiendo más gominolas de las que colocaban en la casita, hicieron la tarde muuuuy corta.
  • Como no para de llover estos días, encendimos el horno a 50º con el ventilador en marcha, para secar las piezas. Pero hay que tener cuidado de no llevarlas al horno antes de que la glasa cuaje. Si lo hacemos muy pronto, el azúcar se licua. En cambio, si esperamos a que la superficie haya cuajado, el horno ayuda a obtener un magnífico resultado en pocas horas.
  • La fase más lenta fue el montaje. Fuimos uniendo de dos en dos piezas, dejándolas secar unas horas, antes de colocar la siguiente pieza, especialmente antes de incorporar el tejado.
  • La chimenea la montamos en el tejado antes de pegarlo sobre las paredes, para evitar manipular luego la estructura completa. Asi es más fácil sujetar la pieza para que seque en posición perpendicular al tejado. Yo sujeté la chimenea con un palillo a cada lado, que la soportaban en vertical mientras secaba. Luego retiré los palillos.
  • Lo último que hicimos fue decorar el jardín delantero y rellenar huecos y uniones con glasa blanca, como si fuera nieve.
Y para recordar nuestro magnífico día, os dejo un par de fotos de otras delicias que compartimos para celebrar este cumpleaños tan entrañable para los nuestros.

No faltó el pan para compartir: ¡como indica el propio término, cada comensal partía con los demás el pan que iba a comer!

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Y no faltó un plato principal horneado ... Hicimos honor a la larga tradición culinaria rusa con un Koulebiaka, un pastel de salmón, arroz, champiñones y espinacas, envuelto en hojaldre, que salió del horno así de hermoso (aunque la foto no es lo mejor del plato). ¡Y más rico que estaba, os lo aseguro!



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Y por último, la siempre esperada tarta: brownie de chocolate (y avena), con mermelada de cereza, recubierta de mazapán y bañada en chocolate... ¡por si alguien se había quedado con hambre!


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En fin, deseando que llegue la Navidad, ya hemos podido ensayar lo que da de sí una reunión familiar festiva.

Como mis hijas se apropiaron del título de esta entrada, yo me quedo con la despedida:

¡FELIZ CUMPLEAÑOS, MAMÁ!

1 comentario:

  1. Esas casitas siempre me han llamado la atención y debe ser una chulada y hacerlo con las niña todavía mas. La pinta del brownie estupenda, lo haré para los chocoadictos de mi casa
    Besos

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