¡El invierno no es pasado

mientras abril no ha terminado!

Qué verdad es y qué largo invierno el de este año. Aunque la primavera apuntaba ya maneras, la lluvia, el viento, el frío no nos terminan de abandonar. Y por eso, he vuelto a los limones: adoro los frutos cítricos del invierno. Todos me gustan: la naranja para confitar cortezas y hacer mermelada con las amargas de nuestras calles; los limones, sobre todo, para los bizcochos.

Y por eso vuelvo con un bizcocho de limón... y masa madre. Llevaba mucho tiempo queriendo publicar otra receta repostera con masa madre. Tengo mi pequeña colección de recetas dulces para aprovechar los excesos de la masa madre... o aquellos momentos en que para rebajar la acidez de una masa poco ágil y muy abandonada, tengo que hacerle varios refrescos sucesivos para darle dulzura. Los descartes más ácidos son perfectos para la repostería. Son feliz sustituto del nórdico "buttermilk" o el más mediterráneo yogur.

Tengo en lista de espera una maravillosa receta de bica gallega con masa madre, que debo a una amiga... pero estos días no me apetecía el exceso de mantequilla sino la frescura del limón. A la par, más de una vez me habían preguntado que cómo quedaría el fantástico bizcocho de chocolate y masa madre sin chocolate. 

Y por fin he decidido buscar la respuesta. Y está aquí, en este pedazo de bizcocho. La receta se sostiene sóla. El bizcocho de limón con masa madre se basa en la receta del bizcocho de chocolate y masa madre. Los ajustes han sido pocos y pequeños: una ligera reducción del azúcar; compensar el cacao en polvo con harina y eliminar la esencia de vainilla. Y ya está. Bueno, casi. Alguna pequeña modificación también en el orden y método de mezclar los ingredientes. En lugar de alimentar la masa madre con toda la harina y la leche, reservamos una parte de la harina y de la leche para mezclarlas con el zumo de limón y añadirlas con los huevos y demás ingredientes.

Y este ha sido el sencillo proceso y el espléndido resultado: un bizcocho jugoso y esponjoso, de aroma intenso a limón, color siena por fuera y dorado por dentro... una pequeña-gran delicia.

Ingredientes

Prefermento

250 gr. masa madre

150 gr. harina panadera

150 gr. leche

Masa

todo el prefermento

3 huevos

275 gr. azúcar (300 gr. para los muy golosos)

200 gr. aceite de girasol

150 gr. harina panadera

100 gr. de una mezcla de leche y el zumo de un limón

ralladura de limón

1 cucharadita de bicarbonato sódico

2 cucharaditas de levadura química de repostería

Método de elaboración

En un cuenco mezclar la masa madre con la harina panadera y la leche (ingredientes del prefermento). Dejar fermentar en frío toda la noche en un lugar cálido al menos 4 horas hasta que esté bien burbujeante la masa madre.

Una vez listo el prefermento, rallar la corteza del limón y reservar. Exprimir el limón y medir en un vaso la cantidad de zumo. Completar con leche hasta tener 100 gr. La leche se cortará y quedará como un "buttermilk" casero.

En otro cuenco batir los huevos con el azúcar hasta que blanqueen y espumen.  Con batidora a máxima potencia deben batirse varios minutos. Deben aumentar mucho de volumen y quedar con consistencia cremosa y firme.

Añadir el aceite en chorro fino a velocidad muy baja. Añadir luego la leche con zumo de limón y la harina restante con la levadura, el bicarbonato y la ralladura del limón.

Una vez bien batidos todos los ingredientes, incorporarlos al cuenco donde está el prefermento. Mezclar a baja velocidad, limpiando paredes y fondo con una espátula para que la mezcla quede bien homogénea.

Calentar el horno a 190º.

Verter la masa en un molde rectangular de 30x25 cms., forrado con papel de hornear.

Dejar fermentar durante 30-45 minutos en un lugar cálido mientras se calienta el horno. En un día frío se puede meter dentro del microondas junto con una vaso de agua que acabe de hervir: el calor y la humedad ayudarán a darle un empujón a la fermentación de la masa.

Hornear de 30 a 40 minutos a 190º. Pinchar con una aguja al cabo de 30 minutos: si sale limpia está hecho; si no, dejar cinco minutos y volver a hacer la prueba.



Al sacar del horno, dejar reposar cinco minutos en el molde para que se asiente. Sacarlo luego del molde y colocarlo sobre una rejilla para que se enfríe.

Y en cuanto esté templado... poned la mesa para la merienda. No podréis resistiros a una taza de café con un pedazo de bizcocho.