Reciclando recetas: bizcocho de cualquier mermelada

Esta receta también es del pequeño libro de platos irlandeses al horno (Irish Baking Book). Originalmente estaba pensada para hacerla con mermelada de naranja amarga (al aroma de Whisky irlandés, ojo). 

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Pero es una receta que yo reciclo para aprovechar los restos de mermelada que a veces aparecen al reorganizar la nevera. En casa sólo se toma mermelada casera. Unas veces es la mermelada que yo hago (fresa, melocotón, paraguayo, ciruela, higo.... según la temporada) y otras es la mermelada que hace mi madre (melocotón, fresa o dulce de membrillo, que aunque no es propiamente una mermelada, también sirve).

Y con las ganas de comenzar un bote de un nuevo sabor, a veces aparcamos el resto de un bote en el fondo de un estante de la nevera. Hoy he encontrado uno de esos restos: era de melocotón, uno de mis favoritos para este bizcocho. La receta original se hace con mantequilla. El primer paso es hacer una crema de mantequilla bien esponjosa con el azúcar. Luego se añade la mermelada y luego poco a poco, parte de la harina, los huevos unos a uno, alternando con el resto de la harina y la leche. En mi caso, prefiero hacer los bizcochos con aceite de girasol, pues resultan mucho más jugosos y así reluce el sabor de la mermelada (el aceite de girasol no aporta ningún sabor al bizcocho).

Ingredientes

2 huevos

125 gr. azúcar

125 ml. aceite de girasol

125 gr. de mermelada

225 gr. de harina de repostería

1 cucharadita de levadura de repostería

50 ml. de leche

Método de elaboración

Engrasar y enharinar un molde de corona. Calentar el horno a 190º.

En un cuenco colocado sobre otro con agua caliente, pesar el azúcar y añadir los huevos. batir al máximod e potencia durante cinco minutos, hasta que quede una masa espumosa y voluminosa. Añadir el aceite en chorro muy fino, batiendo a velocidad baja, para que se incorpore pocoa poco.

Añadir la mermelada y batir para mezclar lo imprescindible. Añadir la harina con la levadura, tamizada. Mezclar bien a baja velocidad. Añadir la leche a cucharadas, hasta que tenga una consistencia densa, pero que resbale de una cuchara.

Verter en el molde y nivelar la masa. Cocer en el horno de 30 a 40 minutos, según la forma del molde. Basta pinchar con una aguja el bizcocho: si sale limpia, el bizcocho está hecho.

Esperar cinco minutos antes de desmoldar. Dejar enfriar sobre una rejilla.

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Y la próxima vez, os animo a probar con una mermelada diferente:

cada bizcocho tendrá su propia personalidad.