sábado, 27 de junio de 2015

Trigo duro, 100%

¿Que si hace pan? Y menudo pan



Este mes de junio ha sido el mes de los trigos duros en casa. Comencé probando el farro (emmer), delicioso, de la mano generosa y las enseñanzas de Pan Iquesillo, para luego continua con este Oro de Cádiz de la Harinera El Vaporcito que tengo que agradecerle a mi amigo José.

En la primera prueba fui cobarde, lo confieso. Utilicé un 50% de oro de Cádiz y el resto, harina panadera de El Amasadero, que es fabulosa de comportamiento. Pero me había prometido a mí misma preparar un pan 100% Oro de Cádiz, 100% trigo duro andaluz. Si no tenéis esta harina, pues no siempre será fácil conseguirla, la harina panadera recia de El Amasadero es la equivalente.

sábado, 20 de junio de 2015

Oro de Cádiz

La amistad, el mayor tesoro


En la entrada anterior  y gracias los amigos pude disfrutar del farro o emmer, el antecesor de nuestros trigos duros actuales. Y hoy me encuentro colmada de alegría, porque vuelvo a publicar sobre regalos maravillosos. Y esta vez vengo con el descendiente: trigo duro andaluz. Un harina fabulosa, Oro de Cádiz, de la harinera El Vaporcito -nombre más gaditano no lo hubiere-. Es 100% trigo duro con una extracción del 85%, bastante integral, por tanto. Y eso augura dificultades... pero más aún, satisfacciones.

De tal palo, tal astilla, dicen.

sábado, 13 de junio de 2015

De farr@ con los amigos

Trigos raros, panes caprichosos


No hay nada mejor que reunirse con amigos para aprender. Y últimamente tengo mucha suerte. A mitad de mayo nos reunimos un par de docenas de "locos por el pan" y pasamos un día hablando sin cesar de panes, masas madres, harinas, procesos... como colofón escuchamos a Pablo Conesa y Rebeca Ruiz, con los que pudimos debatir, ver y probar panes (suyos y nuestros)... un lujo.

Y por si fuera poco, me vine a casa con un tesoro bajo el brazo: un paquete de farro auténtico, de agricultura ecológica, procedente de Italia.

viernes, 5 de junio de 2015

Nada por aquí, nada por allí

La magia está en aprender


¿Qué diríais si un sábado por la noche os llega un mensaje -cariñoso por demás- proponiéndoos un plan de cena en una gastro-taberna con una jornada panarra-experimental añadida? ¿Y qué diríais si la invitación la hacen Pablo Conesa y Rebeca Ruiz para disfrutar de la compañía de Beatriz Echevarría?

Pues lo que yo dije... ¡ya voy!

La verdad es que me perdí la cena de gastrobar porque andaba yo en otros placeres gastronómicos con la familia. Pero a las 7 de la mañana estaba yo el domingo clavada en la puerta de mi casa esperando al resto de la troupe. Fue un día corto y largo a la vez... horas que volaron, pero casi 12 horas juntos los cuatro.